En el teatro argentino más reconocido suceden dos escenas muy importantes en la literatura de Cortázar. Una es la que da origen al cuento Las ménades (que él hace ocurrir en el Teatro Corona, pero que está inspirado en sus visitas al Colón). En una carta al crítico catalán Antonio Planells, Cortázar decía: “En la época en que yo iba casi diariamente a los conciertos en Buenos Aires (y de uno de ellos salió el cuento, escrito casi de inmediato) me impresionaba una extraña sensación de amenaza que me parecía advertir en el histérico entusiasmo del público. Esto llegó a su límite cuanto Arturo Toscanini dirigió conciertos en el Colón, y llegué a sentir algo muy parecido al miedo”.
La otra de las escenas ocurre en la novela El examen, en la que una pelea mínima por un peine en el baño de hombres termina en un acto de violencia.
En abril de 1936, Cortázar fue al Teatro Colón con un amigo y vieron la obra Edipo Rey, con música de Igor Stravinsky y libro en latín de Jean Cocteau. La lectura del libro Opio, de Cocteau, cambió para siempre la mirada de Cortázar sobre el arte y sobre la vida.