La Perla del Once

La imagen actual de este tradicional café de Buenos Aires es muy diferente de aquella que tenía cuando lo frecuentaba María Elena Walsh, en la década del 40, junto a sus amigos de adolescencia. La estación Once, frente a la Plaza Miserere, a una cuadra de La Perla, era la terminal donde ella bajaba diariamente del tren que la traía de Ramos Mejía, su pueblo natal y en el que vivió su infancia y adolescencia. Allí la esperaba a veces Hugo Lezama, uno de sus amigos, con un ramo de flores. Él, Javier Fernández, Mario Trejo, Horacio Armani y Carmen Córdova conformaban el corazón de esa “barra de juvenilia” a la que alude la canción “Orquesta de señoritas”: “En sus mármoles y sus bronces/ parecía la Chacarita/ aquel viejo café del Once/ con orquesta de señoritas.// Allá íbamos muchas tardes/ una barra de juvenilia/ a escucharlas desde el oscuro/ reservado para familias”. La Perla fue también el café que eligió María Elena Walsh para citar a una chica que le había escrito diciéndole cuánto le habían gustado los poemas de Otoño imperdonable, su primer libro, publicado en 1947. La admiradora era Carmen Córdova, y ese encuentro en La Perla fue el comienzo de una intensa amistad juvenil.