“Otro de los puntos que abarcaban los paseos de Gombrowicz. Sus paseos largos desembocaban en el puerto, bajando por la avenida Belgrano. En la Costanera, se quedaba mucho tiempo mirando los barcos y comía bifes con huevo a caballo en alguno de los boliches que había al costado del camino.
También en la Costanera, Gombrowicz y Alejandro Rússovich tradujeron El casamiento, la obra de teatro que Gombrowicz escribió después de la traducción de Ferdydurke en el Rex. “Durante la traducción [de El Casamiento]”, dice Rússovich, “me daba cuenta de que confería mucha importancia al ritmo de la frase. Incluso llegaba a bailar ciertas escenas. Era extraordinario, porque Gombrowicz no bailaba jamás”.
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