Sin dudas, la vivienda más representativa de Gombrowicz en Buenos Aires. Allí vivió desde febrero de 1945 hasta abril de 1963. La pensión era regenteada por Frau Elsa, una patriota alemana pero no hitleriana que le arrendaba las habitaciones solamente a alemanes, a Witold y a Alejandro Rússovich, amigo y traductor de Gombrowicz que durante un tiempo estuvo en el cuarto contiguo. Dice Rússovich: “Teníamos derecho a utilizar la cocina pero nunca lo hacíamos. Salvo para preparar el mate que me gustaba tomar de vez en cuando. ¡Pero Witold jamás! Era una costumbre bárbara, propia de indios, decía él. Se negaba a probarlo”. Actualmente, en la puerta del edificio se puede ver una placa conmemorativa. Y, curiosamente, hasta hace poco tiempo todavía le seguían llegando a Gombrowicz las citaciones para presentarse a votar.