Uno de los momentos que más sufrió Bioy en su infancia, fue cuando tuvo que empezar el colegio. Claro que no lo empezaría como todos los niños. No había hecho el colegio primario. O mejor dicho, y como era una costumbre de ciertas familias de la aristocracia, la primaria la había hecho con maestras y profesores a domicilio. Pero el secundario lo hizo en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza de la Universidad de Buenos Aires. Aquí se hizo muy amigo de uno de sus amigos de toda la vida, Enrique Drago Mitre, que luego fue director del diario La Nación y padrino, junto con Borges, de la boda de Bioy y Silvina, en 1940.