El último encuentro literario que se dio entre Laiseca y Fogwill fue en el Centro Cultural de la Cooperación. Laiseca le había pedido a Fogwill que presentara su libro Poemas chinos. Fogwill admiraba y quería a Laiseca. Era recíproco, aunque era habitual escucharlo a Laiseca decir “Este Fogwill, es terrible”.
La presentación fue en el primer piso del CCC, a sala llena. Fogwill y Laiseca dieron una espectáculo. Las lecturas de los poemas en voz de Fogwill se vivieron con la fascinación de quien escucha cantar a un tenor. La música estaba presente en la literatura, y Fogwill se ocupaba de hallarla. Por eso, desde los tiempos de las grabaciones en cassette hasta los iPod, registró sus lecturas de poemas propios, y los escuchó para desentrañar los ajustes rítmicos que exigía a sus versos. A la salida de esa presentación dijo: “¿Viste qué bien lee Laiseca?”.
No volvieron a verse hasta que se encontraron en el set de filmación de la película El Artista, donde compartieron escena con Horacio González y León Ferrari.