En 1913, Victoria Ocampo viaja a Europa recién casada con Luis Estrada y, en París, conoce a Julián Martínez, primo de su marido, de quien se enamora irremediablemente. Victoria y Luis regresan a Argentina más distantes que antes de la luna de miel y se instalan en la ciudad de Buenos Aires, en Tucumán 675, domicilio que había pertenecido a la madrina de Victoria y que ahora sería su residencia familiar. Pese a la difícil convivencia con Estrada, Victoria encontró gran satisfacción en acondicionar y decorar la casa a su gusto, talento que más adelante derivaría en una genuina pasión por la arquitectura moderna. Dice de Tucumán 675: “Me divertía amueblarla. Había traído de París muchas porcelanas de China, antiguas y valiosas, así como biombos Coromandel y dos armarios de laca. Elegí cortinas, ordené las bibliotecas, etc. Me gustaba mucho arreglar casas. Sabía hacerlo”.