En 1924, un grupo formado principalmente por mujeres de la alta sociedad porteña fundan, según aparece en el estatuto de la Asamblea Constitutiva, la Asociación Amigos del Arte en la calle Florida 940, con el objetivo de “fomentar la obra de los artistas y facilitar su difusión, a la vez que propender por todos los medios a su alcance al bienestar material de los artistas argentinos”. Es indudable que la labor de Victoria Ocampo como agente cultural y mecenas fue clave para establecer vínculos entre la cultura nacional y las vanguardias y tendencias artísticas del resto del mundo. En ese sentido, el respaldo de la Asociación, de la que Ocampo formaba parte, le permitió ampliar invitaciones a personalidades de la cultura nacional e internacional, organizar exposiciones, conferencias, conciertos, espectáculos de teatro y proyecciones de cine que expandieron las redes del arte en Argentina. Nombres como el de Le Corbusier, Federico García Lorca, Marinetti, María de Maeztu, Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, Waldo Frank, David Alfaro Siqueiros, Sergei Eisenstein, Igor Stravinski, son solo algunos de quienes pasaron por las salas de la Asociación que, a partir de 1927 y hasta 1942, funcionaría desde el número 659 de la misma calle.