Entre diciembre de 1947 y mayo de 1955 Gombrowicz tuvo el primer y único trabajo asalariado en toda su vida: el Banco Polaco. Allí escribió gran parte de su novela Trans-Atlántico y se aburrió como nunca. Para ingresar apeló a algunos de sus contactos y envió la siguiente carta: “Por la presente tengo el honor de solicitar un empleo. Soy ciudadano polaco con Cédula de Identidad argentina. Nací el 4 de agosto de 1904 en Polonia. Terminé la facultad de derecho en la universidad de Varsovia. Después estudiaba en el Instituto de Altos Estudios Internacionales en París. Idiomas: polaco, francés, castellano. Publiqué dos libros de carácter artístico; colaboraba en la prensa polaca y argentina”. Frente a su escritorio trabajaba una secretaria, la señora H.Z., que sentía un profundo desprecio por él y se quejaba ante el director del banco de que Gombrowicz llegaba tarde, se vestía como un mendigo, comía naranjas como un cochino escupiendo las semillas, llevaba camisas a las que les faltaban botones y se quedaba dormido. Su renuncia, casi en paralelo al derrocamiento de Perón, lo motivó a hablar del año 1955 como “el año de la liberación”.