Después del episodio frente al Cine Premier, Carlos Gabetta y Julio Cortázar, caminaron por la mano impar de la avenida Corrientes en dirección al Obelisco. Entraron en el café Ouro Preto, en la esquina con Talcahuano. Unos minutos después llegó Jáques Després, el periodista francés que había acordado el reportaje. Estaban charlando cunando una chica de unos veinte años se acercó con un ramo de jazmines. Se los dio a Cortázar y se fue.
Unos minutos antes, la chica estaba tomando un café en el bar La Paz. Cuando escuchó los gritos que decían que estaba Cortázar, salió corriendo y empezó a seguirlo. Fue a un kiosco que estaba a unos cincuenta metros y le compró unos jazmines.
Cuando la chica le regaló las flores, Cortázar acercó el ramo a la nariz del corresponsal de Le Monde, y le dijo: “olé, esto en Francia no existe”. Cuando la entrevista terminó, Cortázar y Gabetta salieron a caminar, ya casi de madrugada, por las calles del centro.
Fue la última vez que Cortázar estuvo en Buenos Aires.