Es la casa de los padres de Bioy, pero no solo eso, porque lo que importa de las casas son sus espíritus y sus recuerdos. Y en esta propiedad, por ejemplo, Bioy y Borges empezaron a escribir juntos. Después de escribir en la estancia de Las flores, la publicidad y el prospecto de un saludable yogur para la fábrica láctea de uno de los tíos de Bioy, es en esta casa que empezaron a concretarse los primeros cuentos de ese hombre de dos cabezas que es Honorio Bustos Domecq (los dos apellidos de las abuelas paternas de Bioy y Borges).