Alguna vez Bioy declaró: “Me gustaría que el fin del mundo, si llega, me encuentre en una sala de cine”. Era parte de su rutina, posterior a la siesta, y antes o después de encontrarse con alguna amiga : ir solo al cine. El cine estaba entonces en su imaginación y en su realidad. La avenida Santa Fe al 1800, entre Riobamba y Callao, estaba en una zona de la ciudad que por el estilo y la categoría de su edificación era conocida en ese entonces como la Saint Germain porteña . Respecto de ese cine se dice en el libro de Adriana Mancini: “Su decoración era suntuosa; la cúpula de la sala principal era obra del artista italiano Nazareno Orlando; tenía alfombras mullidas para los pisos, tapiados de seda para la butacas que eran muy amplias”.
El edificio fue iniciado en 1917 e inaugurado en mayo de 1919. Actualmente funciona acá una librería, considerada por medios como The Guardian o National Geographic como una de las más bellas del mundo. La librería mantiene el esplendor del antiguo cine-teatro, con la cúpula pintada, los balcones originales, la ornamentación intacta y hasta el telón de terciopelo.