Pocas personas fueron tan influyentes en el mundo de la cultura en Argentina, en la década de 1960, como Jorge Álvarez, editor y productor todo terreno de la literatura y la música. Álvarez, arriesgado, innovador y lleno de ideas y deseo, encontró en Piglia un interlocutor constante con el que discutir y llevar a cabo todo tipo de proyectos. Para Piglia la relación tenía, además, un componente fundamental: el ingreso de dinero. Escribe en los diarios: “Mis compromisos con Jorge Álvarez y mi nuevo trabajo con él vienen a sustituir la vida académica, que parece haberse terminado para mí definitivamente. He pasado de ser un profesor a ser un editor, en el sentido inglés del término, es decir, un asesor editorial que dirige colecciones, hace informes de lectura, pero trabaja en su casa como freelance”. A eso hay que sumar la redacción de todo tipo de notas y prólogos, traducciones y, algo fundamental, la publicación de su primer libro, La invasión, en 1967. El libro, premiado por Casa de las Américas, se editó originalmente con diez cuentos (después sumó otros cinco) y una tirada de diez mil ejemplares.