Abierta en 1951, con paredes de azulejos blancos, mesas de mármol y un cartel de neón en el fondo donde se leía “Chocolate con churros, submarino, sándwiches, Toddy”, La Giralda fue otro de los bares de referencia obligada, al hablar de los agitados años sesenta y setenta, que atesora gran parte de la historia cultural de la época.
Aquella antigua Giralda se refleja en la obra de Daniel Santoro “Teorema de La Giralda”, donde aparece Germán García junto a María Moreno señalando una figura que es la cabeza de Freud, pintado en anamorfosis, sostenida por Oscar Masotta, en clara referencia al psicoanálisis; en otra mesa, el “Negro” Santana y Horacio Pilar. En la escena recordada por el artista plástico conversaban sobre el sentido de la película Teorema, de Passolini, que habían visto en el cine Lorca, y el gran enigma de la campesina flotante.
En Parte de la fuga dirá: “Dejo de escribir y guardo mi libreta de apuntes en el bolsillo de la camisa de grafa. Cuando en La Giralda lea mis notas, algunos amigos criticarán y otros, como Horacio Pilar, me alentarán para que siga”.