Este antiguo café (1860) es definido por Méndez, intelectual de la llamada “izquierda nacional”, personaje secundario de Sobre héroes y tumbas, como “antro mitrista”. Estaba situado en Corrientes y San Martín, a metros de la sede del diario La Nación (por entonces en Florida 373) y era muy concurrido por sus periodistas. Según la novela, en la pared había un retrato de Mitre (seguramente el Bartolomé Mitre, que fundó este tradicional diario argentino en 1870).
El café también fue centro de la peña literaria liderada por el poeta nicaragüense Rubén Darío; otros famosos escritores, desde Leopoldo Lugones y José Ingenieros, hasta Borges y Mujica Láinez y el mismo Sábato, fueron sus parroquianos. En el momento del relato primero se lo describe como “… un local oscuro, con su alto mostrador de madera y su vieja boiserie. Espejos manchados y equívocos agrandaban y reiteraban turbiamente el misterio y la melancolía de aquel rincón sobreviviente”.
Después del golpe militar de 1955, quedó muy deteriorado por el cañoneo dirigido contra la Alianza Libertadora Nacionalista (organización de extrema derecha cuya sede lindaba con el bar), hasta que finalmente fue demolido. La presencia siempre amenazante de la Alianza es mencionada más de una vez en la novela: “A medida que se acercaban a la esquina de Corrientes y San Martín se oían con mayor violencia los altoparlantes de la Alianza: que se cuidara la oligarquía del Barrio Norte, que los judíos pusieran las barbas en remojo, que los masones dejaran de molestar, que los marxistas terminaran con sus provocaciones”. “Los altoparlantes de la Alianza prometían incendios y horcas”.