Fogwill no se sentía atraído por el arte plástico y visual. Pese a eso, el Grupo Mondongo, un colectivo de arte de renombre internacional, se puso en contacto con él para hacerle un retrato con lápices. Fogwil andaba con el libro debajo del brazo mostrando a todo el mundo, sin ocultar su orgullo, la obra que habían realizado Agustina Picasso, Juliana Laffitte y Manuel Mendanha. Mantuvo un estrecho vínculo con los artistas. Una de las obras más imponentes (figura en la portada del libro La gran ventana de los sueños) estuvo presente en el velorio.
Agustina Picasso se separó del Grupo Mondongo para irse a vivir con su nueva pareja a Estados Unidos. En uno de los viajes que hicieron a Argentina, su pareja montó una muestra con sus cuadros en Buenos Aires, que firmó con el seudónimo “Fogwill”. Su nombre verdadero es Matt Groening, y entre otras cosas es el creador de Los Simpsons.
En el MALBA está el legado de Fogwill. Una recopilación de cartas, manuscritos, apuntes, recortes de diarios, diskettes, CDs, fotos y videos que se encontraron en su último domicilio, o que acercaron amigos que tenían en su poder registros inéditos. Verónica Rossi es la persona que se encargó de clasificar y ordenar la información. Rossi define a Fogwill a través de un mensaje que encontró en los archivos: “Mi valor literario es una lápida para mis hijos, un peso, en cambio mi valor ético es un impulso. Ninguno de ellos se arrepiente de la moral de un padre como yo”. Vera Fogwill dice sobre el patrimonio del legado Fogwill: “Hay una gran cantidad de cosas que hacen que este sea, para bien o para mal, un personaje relevante en nuestra cultura. Una de las cosas más grandiosas de mi papá es que no daba clases de literatura: porque para él el arte no se podía enseñar”.