En este parque comienza la acción de Sobre héroes y tumbas. Martín se sienta en un banco cerca de la estatua de Ceres mientras atardece. Pronto, a sus espaldas, sin pronunciar palabra, aparecerá Alejandra.
El nombre actual del área (presumiblemente el primer lugar donde Pedro de Mendoza quiso asentar Buenos Aires), proviene de uno de sus propietarios: el salteño José Gregorio de Lezama, quien lo compró en 1857 y lo convirtió en un parque privado especialmente diseñado por un paisajista. Después de su muerte su viuda lo vendió a la Municipalidad a un precio simbólico, con la condición de que su nombre perpetuara la memoria de su esposo.
Avenidas, miradores, escalinatas y un importante patrimonio escultórico y monumental, caracterizan el terreno que conserva además, en varios sectores, la forestación original. Entre sus obras de arte se halla la estatua de Ceres (o Démeter), diosa de la fertilidad, cuya presencia en la novela motivó diversas interpretaciones críticas. No casualmente Ceres/Démeter, en el mito griego, desciende a los infiernos, en busca de su hija Perséfone, raptada por Hades. Como ella, Alejandra es un personaje capaz de traspasar la frontera entre la luz y la oscuridad y acceder al trasmundo tenebroso.
Desde la época del relato primario (1953), el parque fue objeto de modificaciones y restauraciones. Situado en San Telmo, linda con La Boca y Barracas, otros espacios clave de Sobre héroes y tumbas.