Plaza de Mayo

Maria Elena Walsh fue además una artista crítica y comprometida, alguien a quien las realidades y los destinos del país le importaron y la conmovieron desde que era una adolescente que se oponía a la política cultural del peronismo. Así como combatió siempre con sus manifiestos, canciones y opiniones toda forma de censura, autoritarismo, violencia y coartamiento de las libertades. La Plaza de Mayo, como centro geográfico de la política argentina, no faltó en su cancionero, y a este lugar principal de reunión ciudadana le dedicó su “Palomas de la ciudad”: “Palomitas sin palomar,/ la Plaza de Mayo no es buen lugar,/ porque nunca se sabe cuándo/ va a desbandarlas el temporal./ El Palacio Color de Rosa/ cambia de humor como el mar”. En el interior de la Casa Rosada, en el Salón de los Pensadores y Escritores Argentinos del Bicentenario, ubicado en el segundo piso del Palacio, figura un retrato de María Elena Walsh junto a los de Mariano Moreno, Juan Bautista Alberdi, Domingo Faustino Sarmiento, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y otras importantes figuras que forman parte del patrimonio histórico, cultural y político de los argentinos.